Esta pregunta se ha vuelto recurrente en mi cabeza especialmente desde que el pasado noviembre comencé un curso en el CDT de Alicante para ser recepcionista de alojamientos.
Quien sepa un poco más de mi me diría…
¿y ahora quieres trabajar en un hotel cuando ni siquiera te lo planteaste en la carrera turismo?
Pues sí, así es, la vida no para de dar vueltas y ahora me preparo para trabajar de recepcionista en un hotel. Algo nuevo, algo diferente a todo lo que hice hasta ahora y relacionado al mismo tiempo. Otro reto que me volverá a sacar de mi zona de confort y me permitirá vivir diferentes experiencias. En definitiva, otra aventura que como todo lo hecho anteriormente, me hará superarme y supondrá un nueva enseñanza para mí.
¿Me gustará?, ¿se me dará bien?, ¿sabré solucionar los problemas que surjan?,
¿me podrá la presión?, ¿meteré mucho la pata?, ¿me entenderé con los clientes extranjeros?, ¿me entenderé con los españoles?, ¿me abrirá otras puertas?,
¿otros departamentos?
Estas y otras más, son las preguntas que me hago cuando me visualizo detrás del mostrador de un hotel en un futuro próximo.
Sin embargo, algo que tengo comprobado es que, a pesar de las inseguridades y dudas que siempre se sienten ante la incertidumbre y lo desconocido...al final, todos tenemos capacidad de hacer mucho más de lo que creemos y, simplemente, hay que dejar a un lado los límites que nos ponemos a nosotros mismos y dar ese salto hacia adelante.
Estoy convencida de que, pase lo que pase, trabajar en un hotel me va a aportar un aprendizaje y muchas cosas positivas que valdrán la pena.
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